viernes, 31 de octubre de 2008

El Arte llega a los Jardines de Infantes

EL MUSEO SIVORI REPARTIO 148 PINTURAS Y ESCULTURAS

Las obras habían participado en concursos y sus autores no las retiraron Las escuelas planean formar pinacotecas
Es parte de un proyecto de enseñanza de la plástica del Gobierno porteño
Los jardines de infantes porteños se llenaron de pinturas, esculturas, grabados y dibujos que el Museo Sívori les cedió la semana pasada. Se trata de 148 obras de arte que habían participado en distintos concursos y que no fueron retiradas por sus autores.Después de descansar durante años en un depósito de una vieja casona de Congreso, las autoridades del museo decidieron dar las obras, que fueron repartidas entre todos los jardines públicos de la ciudad de Buenos Aires.De esta manera, las obras -previamente seleccionadas por las docentes- se sumaron a las que ya había en numerosas escuelas. Y en los casos de los jardines que aún no contaban con material artístico, fueron recibidas con la promesa de formar futuras pinacotecas.El objetivo es que los chicos se apropien de los bienes culturales desde la primera infancia. Es muy triste que alguien llegue a adulto sin ver un cuadro, por eso queremos que desde pequeños vivan rodeados de arte. Con ese fin buscamos que los jardines se llenen de pinturas, contó Haydée Caffarena, directora de Area del Nivel Inicial del Gobierno de la Ciudad.La entrega de las obras y la creación de pinacotecas son sólo algunos de los resultados del proyecto Arte y Jardín de Infantes, que comenzó a trabajarse en las escuelas el año pasado.Recorridas por numerosos museos, visitas de artistas plásticos a los jardines y de los chicos a sus talleres, muestras de producciones de los pequeños en las escuelas e incluso en galerías de arte, fueron otras de las actividades.La idea es promover la vinculación del chico con el arte desde muchos lados, y acercarlos al patrimonio cultural. Un cuadro no es sólo un dibujo colgado en la pared. Trabajando de manera sistemática con las maestras, los chicos comienzan a entender la importancia y el valor de la plástica, explicó Patricia Berdichesky, coordinadora del proyecto junto a Laura Bianchi.El año pasado compramos reproducciones de artistas como Kandinsky, Renoir, Miro, Modigliani y Velázquez, para trabajar con la lectura de imágenes. A partir de la observación los chicos comenzaron a ver cómo cada autor se expresa de distinta manera, y cómo esa expresión depende del estilo y la escuela artística a la que pertenece, dijo Marta Melián, directora del Jardín de Infantes Nucleado D de Floresta, al que van 270 chicos.Ahora, con la llegada del cuadro del Sívori -Tensiones, de María Alda Scomparini-, se inició la pinacoteca que será ampliada con donaciones de artistas del barrio, con los que hablamos y nos prometieron ayudar, agregó la directora.Las ocho pinturas y las dos esculturas que llegaron a la Escuela Infantil N 1 del Barrio Rivadavia causaron sensación no sólo entre los 215 alumnos de 4 y 5 años, sino también en sus padres. Miraron las obras con mucho interés, nos ayudaron a colocarlas e incluso les sacaron fotos, contó la directora Ana María Miglierina.Es que es una comunidad carenciada, acá vienen chicos de las villas 1, 11 y 14. Ellos están acostumbrados a ver obras porque nosotros los llevamos a museos, pero muchos de sus padres seguramente nunca fueron a uno, explicó Miglierina.Chicos artistasAlgo similar ocurrirá cuando en la Escuela Infantil N 5 de Villa Lugano -ubicada dentro de la villa 20- inviten a los padres de los 380 chicos a ver las seis pinturas que llegaron del Sívori. Nos estamos preparando para dar una explicación especial sobre cada una de las obras, explicó la directora Zulema Oviedo.Una directora con padre pintor, una vicedirectora egresada de la Escuela de Bellas Artes y una secretaria dueña de una galería de arte fueron unidas por el azar en el Jardín de Infantes Nucleado C de Floresta. El inquieto grupo empezó a trabajar con la plástica desde el 94.Más de 20 artistas -entre los que sobresale Antonio Pujía- se acercaron gustosamente a la institución para mostrarles a los chicos cómo producían sus obras. Algunas de ellas quedaron en el jardín y forman parte de su importante pinacoteca, a la que se sumó Escalera mecánica de Patricia Ferrari, cedida por el Sívori.Buscamos humanizar el arte, demostrándoles a los chicos que detrás de cada obra hay un sentimiento de una persona que además se gana la vida con ese trabajo, dijo la vicedirectora Celia Bascoy.Cada una de las obras es analizada por las maestras junto con los chicos, quienes después hacen sus propias producciones de acuerdo a su interpretación, explicó la directora Silvia Palavicino. Los resultados están a la vista: cuatro grandes cuadros pintados grupalmente por los pequeños están hoy mezclados con los de los grandes artistas en las paredes del jardín.

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